El desarrollo de las nuevas tecnologías ha permitido el diseño de nuevos dispositivos de estimulación cada vez más pequeños y con grandes ventajas frente a los existentes.
Así, respecto a los marcapasos, implantamos el último modelo que no requiere cables y cuyo procedimiento de implante es mínimamente invasivo, vía transcatéter.
Su tamaño es la décima parte del marcapasos convencional actual, se coloca directamente en el corazón mediante un catéter insertado a través de la vena femoral. Una vez colocado, el marcapasos queda enganchado a la pared del ventrículo derecho y puede recolocarse si es necesario. Este dispositivo no requiere el uso de cables que conecten el marcapasos con el corazón: manda impulsos eléctricos a través de un electrodo que está colocado en el propio dispositivo.
A pesar de su pequeño tamaño y su peso inferior a 2 gramos, incorpora una batería con una duración estimada de 10 años. Además, el dispositivo es compatible con la realización de pruebas de resonancia magnética de cualquier parte del cuerpo.
También somos pioneros en el implante de desfibriladores de nueva generación, los desfibriladores completamente subcutáneos (S-ICD), que obvian para su funcionamiento la necesidad de implantar cables endovenosos pero que igualan la eficacia de los desfibriladores transvenosos (98%), y reducen la tasa de complicaciones agudas (infecciones sistémicas o endovasculares).
La principal limitación de la terapia de estos desfibriladores es su incapacidad de proporcionar estimulación permanente, lo que lo hace inapropiado para pacientes con indicación de estimulación, bien por bradicardia o por poder beneficiarse de la terapia de resincronización cardiaca.